¡Hola! Mi nombre es Freda, soy Mexicana y vivo en Budapest, Hungría. Mi estancia en este país inicio como una aventura momentánea, pero termine por echar raíces. Por varios años me desenvolví profesionalmente como bailarina de danza contemporánea; es lo que me trajo a Budapest, para entrenar con una compañía profesional de danza. En ese entonces tenía la esperanza de continuar con el desarrollo en mi carrera en Europa, sin embargo, al enfrentar nuevos retos en mi vida adulta viviendo lejos de casa, mis sueños profesionales y deseos personales terminaron por transformarse. Decidí prolongar mi estancia en Budapest con la intención de perseguir mi independencia económica y esto me llevó a expandir mi quehacer profesional hacía la educación de lengua extranjera. Resulta que la licenciatura en pedagogía y un diplomado en antropología del arte, que estudié a la par de mí práctica artística, rindieron frutos, porque me permitieron encontrar trabajo como profesora de Inglés en un kínder. Descubrí un inesperado gozo en esta nueva etapa profesional, ya que las artes son el corazón de la educación en los primeros años de vida y mi quehacer como artista escénica se enriqueció enormemente de la interacción constante con ese público muy, muy joven. Al los pocos meses de comenzar esta nueva etapa profesional conocí a Fábi, que un tiempo después se convirtió en mi esposo y que ahora me acompaña en la aventura de la maternidad, siendo él el papá de Franka. Franka es una bebé Húngara- Mexicana de 7 meses de edad. Lo que más me ha sorprendido desde su llegada es que a pesar de la transformación radical de mi cotidiano, porque ahora todo mi tiempo está condicionado por sus necesidades, es que de una u otra forma he logrado mantener mi energía y ganas de jugar, crear y soñar. Durante el embarazo y los dos primeros meses con ella en casa, tuve mucho miedo de no volver a sentir inspiración para gestar nuevas experiencias para mí misma, ahora, he aprendido que puedo trabajar para producir nuevas experiencias no solo para mí, sino que Franka puede formar parte de ellas. El nuevo reto es hacer que mis sueños se conviertan en nuestra realidad. Al vivir tan lejos de mi hogar y tener que enfrentar una maternidad lejos de mi familia, lo que más difícil me ha resultado es no tener a mis mujeres cerca, mi abuela, mi mamá, mi hermana y mis tías. Ellas me hacen falta cada día y sueño con que formen parte importante de la vida de Franka, incluso en la distancia. Por lo que me he propuesto nuevos proyectos profesionales y personales que me permitan crear un ambiente lleno de posibilidades para que Franka tenga la experiencia de una crianza permeada por mi cultura madre que aprendí de mis mujeres, la cultura Mexicana. El mensaje que quiero que Franka aprenda es que ella no está hecha de mitades, no es mitad Húngara y mitad Mexicana, ella es una mezcla y es un entero. Es tan Húngara como Mexicana y quiero que así se sienta en un futuro. El curso de acción que he emprendido es fundar mi propia escuela de lengua extranjera y compañía de artes escénicas. La consigna es que las obras que escriba y produzca sean inspiradas por el folklore, los cuento y las leyendas Mexicanas, por supuesto, en español. Mi intención es que Franka tenga una experiencia de primera mano con las culturas Mexicana y Latinoamericana en la medida que me sea posible. Mi emprendimiento se llama Nido y sueño con que sea ese lugar agradable y cálido donde Franka, y los demás niños que se involucren en las actividades que llevo a cabo, puedan descubrir, disfrutar y ser abrigados por la cultura Latinoamericana. Una casita para pajaritos de habla hispana, y ¿Por qué no?, que también sea un lugar de descubrimiento para niños de cualquier ascendencia. Migrar a Hungría no estaba en mis planes cuando inicie esta aventura, mucho menos iniciar una familia, pero, desde el momento en que me sentí en tierra fértil y vi como mis raíces comenzaban a agarrar suelo mi corazón dijo “de aquí soy”. A pesar de que el sacrificio de no tener a mi familia Mexicana conmigo es enorme y pesa mucho, la experiencia de vivir mi maternidad en el extranjero se siente como una oportunidad para aprender a valorar, apreciar y hacer contar cada segundo compartido con las personas que amo. Allá lejos y aquí cerquita. Agradezco la bendición de tener a mi familia Húngara muy presente y procuro mantenerme en contacto con mi familia Mexicana lo más posible. Es bonito tener amor y familia en dos extremos del planeta.
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AuthorBienvenid@ mi nombre es Marian y a través de este espacio comparto historias de mamás y papás alrededor del mundo. escríbeme, si también deseas compartir tu historiaCategoriesArchives
October 2022
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